
Estando en Cali por el mes de marzo del 2017, mi amiga Carolina me llevó a conocer el barrio de San Antonio, un vecindario muy pintoresco con casitas antiguas y callecitas inclinadas. Ahí conocí una bella tradición que se inició en el siglo XIX y se conoce como el Día de los Ahijados, una fecha muy especial en la que los padrinos y madrinas visitan a sus ahijados y ahijadas llevándoles de obsequio una maceta de alfeñique con dulces y elementos decorativos como símbolo de su unión y vínculo parental.
Esta festividad se conmemora cada 29 de junio, pero los padrinos visitan a sus ahijados durante todo el mes, ya que un día a veces no resulta suficiente para quienes tuviesen más de un ahijado o ahijada. Por otro lado, esta celebración coincide con el día de San Pedro y San Pablo, pero no por pura coincidencia. Según una leyenda que se ha mantenido de manera oral por generaciones, una humilde afro descendiente llamada Dorotea Sánchez vivía en este barrio y no tenía nada para regalar a sus hijos Pedro y Pablo que estaban de cumpleaños en esta fecha, así que invocó a los santos de sus nombres y estos descendieron del cielo para hacer el milagro. Ambos le enseñaron a elaborar el alfeñique y a moldear los dulces que inserta en mazos de maguey adornándolos con papelillos de colores. Estas vistosas golosinas no solo se las obsequiaría a sus hijos, sino que invitaría a sus ahijados para que también pudieran disfrutar de ellas. De esta manera nacerían estas famosas macetas que son elaboradas por familias de artesanos que habitan en los alrededores de San Antonio.
Cada año suele organizarse el Festival de las Macetas que comprende diversas actividades con la exhibición y venta de macetas en diferentes espacios de la ciudad, pero desde el año pasado, debido a la pandemia, el Municipio de Cali organiza una programación de actividades a través del portal www.festivaldemacetas.com contando con la opción de comprar una maceta virtual a través de la misma web.
La Maceta Caleña es sin duda una expresión artística, una dulce tradición y una manifestación de amor que estrecha los lazos entre padrinos y ahijados. Fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de Colombia el 6 de noviembre del 2013 y tiene además su propio monumento que fue esculpido por Diego Pompo en el 2015. Esta escultura mide 15,60 metros de alto y la podemos encontrar en la misma plaza del barrio. De ahí podemos seguir subiendo hasta lo alto de la colina donde se encuentra la Iglesia de San Antonio y desde su mirador podemos apreciar una linda vista de la ciudad.












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